(25-12-1997) ¡Navidad... Dulce Navidad! A veces me siento como John McLane: sitio equivocado, día equivocado. Hace unas horas, con mi madre, mi hermana y mis abuelos, pasé una Nochebuena maravillosa, familiar, feliz al fin y al cabo. Echando muchísimo a mi padre, como siempre, pero feliz al ver felices a los míos (que también le echan de menos, pero lo disimulan mejor que yo). Abrazos, lágrimas, sonrisas, las mismas anécdotas de todos los años de cuando mi madre y nosotros éramos pequeños... pero una cena que es el reflejo de lo que me gustaría organizar a mí dentro de unos años. Y después del tradicional empacho de gambas y turrón me quedé sentado en la butaca del despacho de mi casa en Castellón viendo 'La Jungla de Cristal II' (la alternativa era 'Loca Academia de Policía II', y como segunda parte me gusta más la de La Jungla). Y hoy teníamos que continuar con la celebración de anoche, con las sobras de ayer más el caldo de Navidad con sus pelotas de Navidad y el calor de una sobremesa más alargada en el tiempo... pero esta mañana, a eso de las 8, me han llamado por teléfono. ¡Era Emilio! Sí, mi querido (cada vez mucho más querido) compañero de piso, que se había quedado a pasar estos días sólo en Barcelona, extrañamente sólo...
... Y no me llamaba desde nuestra casa en Aribau para felicitarme la Navidad, sino más bien lo hacía por algo relacionado con los regalos que le había traído Papa Noel. ¡Me llamaba desde la Comisaría de Polícia! "Oye Andrew, por favor, ya sé que es pedirte mucho, pero podría coger un tren y venir a sacarme de aquí. En casa, en mi habitación, en el segundo cajón de la cómoda, debajo de mis camisas hay un sobre con miles de pesetas: ¡píllalo! Y cuando vengas me pagas la fianza". Éste sería el resumen de su llamada navideña... jo-jo-jó. ¿Y qué iba a hacer yo? Alberto se ha ido con su familia unos días a Francia y a mí me pillaba más cerca... ¡Nosotros dos somos su familia aquí, y la Navidad es eso, ¿no?! Y si te estás preguntando qué hizo el genio de Emilio anoche para acabar durmiendo en comisaría... te lo cuento otro día, en otro momento, que ahora se está duchando (después de haber dormido no con las mejores de las compañías) y en cuanto salga vamos a celebrar juntos la Navidad, como debe ser, con un tupper de comida que nos ha preparado mi madre, de todo un poco... ¡como su Navidad! (hablo de la de Emilio eh).