(04-11-1996) La
semana pasada fue bien, gracias, y el fin de semana en Castellón mucho mejor, como
el título de la ya mítica canción de Los Rodríguez que este verano ha sonado en
todos los garitos de Benicàssim: “… Iremos a comer, iremos a cenar, pero nunca
iremos juntos al altar…”
Llegado noviembre parece
ser que mis miedos & temores sobre el qué pensará de mí María, del día que
nos conocimos, han ido desapareciendo… en un 60 por ciento. Y como yo soy así le
dije que sí a formar grupo juntos en un trabajo de clase que tenemos que hacer
acerca del impacto de Internet en la sociedad actual. Eso para este primer
trimestre. En el segundo nos adentraremos en cómo pensamos que podrá llegar a
repercutir este fenómeno en el futuro más inmediato. "¡Uf! ¿Internet en el
futuro? Y yo que sé… ya lo averiguaré". Por lo menos a diferencia de en el
Instituto aquí estoy pensando por mí mismo. Otra cosa será las
conclusiones que salgan de mi más o menos inspirado razonamiento. Y ya que saco
el tema de mi raciocinio, mi respuesta a bote pronto fue: “No lo sé. No tengo
ni idea”. La pregunta en cuestión, nunca mejor escrito, es el tema más
interesante de mis conversaciones con Alberto durante los últimos días: “Y si
hiciesen una película juntos Bruce Willis y Kevin Costner, ¿a cuál de los dos
doblaría el gran Ramón Langa?”
Reconozco
que cuando era pequeño confundía a Al Pacino con Robert de Niro y muchas veces no
acertaba qué nombre correspondía a la cara que estaba viendo en la televisión, pero eso fue de
pequeño, seguramente porque en muchas de sus películas tenían el mismo doblador del inglés
al español. Mi hermana, por ejemplo, siempre confundía por su físico a Rossi de
Palma con Martirio y viceversa, y viendo Mujeres al borde de un ataque de nervios
dijo, estando en casa con mi madre: “Mira, la cantante sin peineta”. Cosas de niños. Pero
la semana pasada mi compañero y yo estuvimos debatiendo varios días, hasta altas
horas de la madrugada, con presencia de un inmutable Emilio, sobre si se diese el caso de
que, por ejemplo, en La Jungla de Cristal 4 o en El
Guardaespaldas 2 coincidiesen en cartel el bueno de Kevin Costner y el
adorable Bruce Willis, ¿a cuál de los dos doblaría Ramón Langa?, seguramente la
2ª voz más famosa en el panorama nacional, en lo que a doblajes se refiere, tras
Constantino Romero (famoso por “ser” Clint Eastwood). ¿En cuál de los dos actores, si cerramos los ojos, vemos la voz de Langa?
No
llegamos a ninguna conclusión óptima y nos fuimos a la cama lunes, martes y miércoles. Al día
siguiente, el jueves, coincidió que vino Angels, la hermana pequeña de Alberto,
a nuestra casa para utilizar Internet (porque en su casa se había caído la Red)
y le preguntamos, para tener una visión femenina de los hechos, cuál sería su elegido: Willis o Costner. Su respuesta, a modo de pregunta, se nos había pasado por
alto y aún añadió más sombras al dilema: “¿Cuál de los dos es más
taquillero?... Pues ese”. Y como colofón nos confesó que en su clase había un
niño al que sus padres había puesto por nombre (y me aseguro de que estoy sentado
antes de escribirlo): Kevincosner. Sí, todo junto: ¡Kevincosner! Ay mama.
Esta mañana, navegando por
Internet, he estado informándome sobre mi peli favorita del mismísimo Kevin Costner, el genuino, que es Los
Intocables de Eliot Ness, dirigida por Brian de Palma, con un genial
Sean Connery y un magistral Robert de Niro como Al Capone (¡Menuda escena la del carrito de
bebé cayendo por las escaleras de la estación de trenes!... inspirada en El
Acorazado Potemkin) y he averiguado que en ese film no fue
Ramón Langa quien le dobló. ¡No, no, no! Y ahí tenemos la respuesta: resumiendo, Bruce Willis es más imprescindible, por lo tanto es el elegido. Un Gallifante para mí.
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