20 ago 2012

E-piso-dio 021 · Todos dicen I Love You

(03-02-1997) Sumergido… perdón, vuelvo a empezar. Ahogado en plenos exámenes (mis primeros desde que aterricé en Periodismo) y con un frío que pela (“la pela es la pela”) en Barcelona, he aprovechado el fin de semana para bajar a Castellón a ver y disfrutar de mi familia. Otros compañeros míos de clase que estudian aquí y viven también fuera se lo toman como una obligación (ir a saludar a los suyos), pero para mí es una necesidad. Me encanta, lo adoro y vuelvo siempre con una gran sonrisa y energías renovadas haya sido como haya sido la semana… y estas últimas no se me están dando muy bien, con lo cual la visita se tornaba ineludible. Claro, en el Instituto podías dejar un examen para el último día, pero el temariazo que nos entra en la Universidad hace que dicho suceso se convierta en una hazaña… mejor dicho: en un milagro. Y como los milagros dicen que no existen, pues eso: ando (nado) con el agua al cuello. Pero nada que no me merezca, repito. Aunque no me puedo quejar… ni lo voy a hacer. Soy el único culpable de mi presente y de mi futuro (a corto plazo).
            Ayer, en el trayecto Castellón-Barcelona en el tren me sucedió algo bastante curioso e inusual, y cuanto menos reseñable y comentable… y mira que mi vida suele ser bastante, bastante tranquila (un poco menos desde que conocí a Emilio, pero sin grandes sobresaltos). Pues iba yo sentado en el lado del pasillo en la parte izquierda fila 6, de cara al destino, y como tenía el asiento de la ventanilla libre pude dejar mi mochila allí tranquilamente, y me dispuse a escuchar en el walkman un variadito de canciones del Brit-Pop que me grabó Alberto con temazos de Oasis, Blur, Pulp, Suede, Elastica, Lush y demás grupos que han venido (y hemos visto) o podrían venir al FIB próximamente. Y entonces en eso que escucho un tumulto que viene del vagón de detrás del mío, me giro y veo aparecer a la chica más guapa que jamás había visto aparecer con unos cuantos paparazzi detrás de ella como agobiándola. Ella, monísima, con sus gafas de sol que le cubrían media cara aunque la tarde estaba bastante nublada, cuando llega a mi altura se para, les dice que por favor le dejen tranquila hasta Sants y que al bajar hará declaraciones, y se sienta a mi lado saludándome al pasar por encima de mis rodillas como si nos conociésemos de toda la vida. Los fotógrafos nos hacen unas cuantas instantáneas y le dan una tregua… Yo supongo que habré salido con cara de "peroquéestápasandoaquí", y espero no ser portada de ningún panfleto de la prensa rosa... pero bueno, supono que es el precio de la fama. Lo suyo es que me quedé sin habla al principio y luego ya me solté la melena un poquito (... muy poquito).
            Lo reconozco: siempre me ha faltado decisión. Tengo a la mujer más bonita del mundo sentada a mi lado en el tren, dándome conversación, majísima ella, con su mano derecha en mi rodilla izquierda, hablándome a unos milímetros escasos de mi boca… y me quedo tan bloqueado que ni siquiera le pregunto el nombre cuando, después de darme dos besos, nos despedimos. Ella me dijo que había sido un placer y no sé qué pensara ahora, a posteriori, pero el placer fue mío. Y yo sin tener ni idea si es una modelo, presentadora, la novia de un torero o yo que sé… pero famosa es, eso seguro, porque yo ya la había visto en la tele, pero como la suelo ver mucho y menos programa de cotilleos y esas cosas… no caigo quien es. Se la expliqué con detalles a Alberto, se lo conté a Emilio y a mi hermana, me dieron nombres y más nombres de posibles candidatas (que he buscado en Internet) pero nada de nada. La chica misteriosa del tren con la que estuve hablando de cine y de Woody Allen parece que no existe en el reducido panorama nacional de “tías muy, muy buenas y muy, muy simpáticas a la vez”. Aunque pensándolo mejor: si cualquiera de las fotos que me hicieron con ella (aunque parezca atontado) sale en alguna revista, sabré como se llama y a qué dedica el tiempo libreeeee... ¡¡¡Me las voy a comprar todas!!! Cómo salga será de traca mix. ¡¡¡Qué locura!!! Pero bueno: mañana tengo un examen importantísimo y ahora no me la puedo quitar de la cabeza. Sinceramente, ni puedo ni quiero…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué fue del verano del 96?